Ya hace más de 2 mil años lo dice la biblia “un reino dividido no prevalece”
Por Eber Huezo
La polarización no es nueva, se viene
arrastrando desde que se les quitó el poder a los militares y se bajó del
pedestal a las 14 enriquecidas familias
que tenían en sus manos el destino de El Salvador. Pero debemos reconocer que
el país era más productivo y se ubicaba
entre los más industrializados de Centro América, menos índices de delincuencia
y flujos migratorios del campo a la
ciudad y del país hacia los Estados Unidos, y con una moneda estable.
No añoro esos tiempos, lo digo en el contexto
de la inestabilidad que existe hoy en nuestro país; una inestabilidad causada
por la polarización de sectores que no quieren aceptar que los tiempos han
cambiado, y que interpretan la democracia por libertinaje y la libre expresión por
chantaje, para sacar ventaja a sus propios intereses.
Hemos tenido gobiernos oportunistas en el pasado y en la actualidad uno que no ha sabido administrar los bienes
del estado con eficacia, que gasta más de lo que percibe y que ha llevado al
país a punto de la quiebra; pero también tenemos una oposición política oportunista,
que estuvo en el gobierno durante 20 años, y que para echar adelante sus programas tuvieron
que vender los bienes del estado a los extranjeros. Estos quieren sacar provecho
de la inexperiencia de la izquierda que, lejos de contribuir a solucionar los
problemas de la Nación, toma ventaja para desgastarlo políticamente y
presentarse como “el salvador” de la economía del país en las próximas
elecciones.
Así
trabajan los partidos políticos y así seguirá funcionando, mientras se agrava
una situación de iliquidez, que permitirá un resquebrajamiento económico sin
precedentes.
Me da mucha pena porque desde hace muchos años
hay intentos de diálogo para consensar acuerdos entre los diferentes sectores
que han quedado plasmados en el papel; los periodistas fuimos testigos y los
tenemos registrados en nuestros archivos, pero nunca vimos evidencias de cambio;
todo lo contrario, se suman estrategias y acciones que permiten manipular las mentes de la gente para defender sus propios
intereses.
Esto es lo que se evidencia en la oposición y
las asociaciones empresariales; buscan
desgastar al partido en el gobierno –y lo están logrando-, de ponerlo entre la
espada y la pared. Y se puede percibir en la declaración de emergencia por el
presidente Salvador Sánchez Cerén para que la Asamblea le apruebe $1,200
millones en emisión de bonos antes de que finalice el presente año, es una
prueba que el gobierno está en crisis.
No me pidan pruebas, vayamos a los hechos y a
lo evidente, a lo que todos los salvadoreños en el país y en el exterior
estamos viendo; se pide la emisión de
bonos, y los bonos son emisiones negociadas públicamente en las que los poseedores
prestan dinero al emisor. Se piden reformas para echar mano de las pensiones de
los trabajadores, sin dar garantías que
esos fondos regresarán con los intereses respectivos a los pensionados.
Si a esto le agregamos que El Salvador tiene
una deuda externa que de acuerdo a datos del Banco Central de Reserva asciende
a $16,142.0 millones, de los cuales el 58%
se los han prestado inversionistas privados, que cobran intereses de
entre el 3 y el 6%, no podemos deducir
más que las cosas van de mal en peor.
Hacer reformas a la ley de pensiones, incrementar los impuestos para encontrar soluciones a la situación financiera, son salidas desesperadas, lo cual se califica como un abuso de poder, porque se quiere echar mano de un dinero que no les pertenece, sino que es de los trabajadores, que día a día trabajan arduamente, arriesgando sus vidas en ir y venir para ganarse el pan de cada día para sus familias. Es como que le den un dinero a guardar a alguien y éste alguien se lo gasta sin tener una garantía que lo va a devolver cuando se lo pidan, esto realmente es una actitud irresponsable.
Pero también es un acto irresponsable no
contribuir con ideas para solucionar los problemas. Si tenemos problemas de
iliquidez, los recortes son una buena idea, como recortar el sueldo de los políticos
que año a año se lo suben en cantidades exageradas,
y la solución no es despedir gente de sus empleos, ni recortar los programas de
seguridad, la salud y otros puestos de trabajo indispensables para la población.
Estoy de acuerdo en darse subsidios, pero estos
deben ser selectivos, no populares, en echar andar programas educativos que
permitan a la gente de bajos recursos mejorar su condición de vida, pero no a
regalar el dinero a diestra y siniestra hasta caer en una condición de insolvencia
como lo estamos viendo hoy.
En este sentido, la oposición no está siendo
sincera al llamado del gobierno al diálogo, porque faltando a su palabra, a que
el Gobierno haga recortes presupuestarios que afecten al pueblo salvadoreño, a cambio de dar sus votos para resolver la
grave crisis fiscal de nuestro país, ahora dentro de las exigencias van más
allá, pide eliminar todos los subsidios y no selectivos, hacer recortes de
personal masivos en la PNC y el Ministerio
de Salud.
También pide recortes a la Educación, eliminar
todos los escalafones, eliminar los paquetes escolares, becas y el programa
"Vaso de Leche" (que es básicamente alimentar a los niños y jóvenes
escolares), aumentar el IVA en un 15% y eliminar el programa "Ciudad
Mujer", que da atención integral a las mujeres de nuestro país, puesto que
la oposición considera que todos estos programas que van en beneficio de la
población son un total despilfarro y son completamente innecesarios.
Con estas exigencias solamente veo que la
oposición como partido político mantiene a filo su estrategia de desgaste
político, porque sabe que si esos programas se cortan, las consecuencias serán
de protestas masivas, lo cual pondría en más aprietos al gobierno, y ganarse
ellos un voto seguro para las futuras elecciones. Insisto en que no hay voluntad clara de buscar
soluciones; se busca dar el tiro de gracia, una estrategia ideológica y
políticamente bien planeada.
Pero el tiro puede salírseles por la culata,
los salvadoreños sabemos quiénes de verdad trabajan por nuestros intereses y
quiénes pretenden seguirse aprovechando de lo poco que le queda al país. Creo
que es tiempo de pensar en partidos alternativos que demuestren su vocación de
servirle al pueblo, solo así, quizás, terminemos con esta polarización que
hunde a nuestro país cada día.
fotos tomadas de Diario 1
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